lunes, 6 de mayo de 2019

Veamonos el viernes

En la ciudad de buenos aires, escucho en la radio que dice un escritor que leyó de seguramanete infobae, el porcentaje de fracaso en el amor es del 80%. Ese porcentaje corresponde a que las parejas casadas se separan antes de los 8 y parejas en general antes de los 5. Luego le oigo reflexionar algo muy cierto: NO IMPORTA por que hoy mientras yo lavo los platos, mientras el lee en la radio, hay un par de personas que hoy se están conociendo, en ese mismo instante están apostando a ver qué parte del porcentaje ser.

Este último fin de semana una de mis amigas más queridas se casó, en una ceremonia preciosa junto a familiares y amigos. Es gracioso pensar en los tiempos actuales, mi amiga se casó con el chico que conoció por internet, y a pesar que eso es re común hoy cuando me lo contó se ruborizaba; ella se casó con el chico que la vi sonreír de sus cosas cuando se nos ocurrió ir al gimnasio juntas, que me contó de sus vacaciones juntos y sonrió más anchamente. El chico del que con preocupación me contó que había algo en él que no le gustaba y no sabía qué hacer y que yo textual le dije "si es algo con lo que no puedes vivir, déjalo", ella se sorprendió por que ya lo había hablado con su otro grupo de amigas y me juego lo que sea que fui la única que le respondió así. Pero parece que sí pudo vivir con lo que sea que le molestaba, por que unos meses después se fueron a vivir juntos y después en una noche de amigas anunció que se habían comprometido y ahora llevaba orgullosa el anillo de su bisabuela el cual hicieron bendecir.

Han pasado 8 meses de ese día que con tragos de colores brindábamos con ella y en este tiempo me lo pregunté millonadas de veces "para qué se casa?", "por qué?" y no lo entiendo. A pesar que sí he amado, leído y escrito historias de amor, que yo soy la fotógrafa de muchos de estos eventos, no me entraba la bala. Y volví a buscar ese programa de radio grabado en Youtube, la que hablaba del porcentaje, la que termina siendo una carta de amor del autor a su amada, mientras me dedicaba diligentemente a confeccionar un cuaderno de recuerdos para mi amiga, el cuaderno que llega hasta las bodas de oro.

Planeando el libro, seleccionando, doblando, pintando, cociendo y pegando hojas, me puse a escuchar a gente discutiendo lo que es el amor mientras en paralelo pensaba en qué me iba a poner. Le dediqué casi una semana al pensamiento que tengo que ir a un casamiento el sábado. Y con el libro en la mano ya terminado viendo como ella bajaba del auto precioso, caminando del brazo de su hermano como salidos de cuento y parándose frente al altar con aquel muchacho que vi caminar nervioso y feliz hasta que ella llegó, de a poco comencé a comprender.

Mandándole mensajes al chico de turno me di cuenta: NO IMPORTA, ellos sí lo entienden. Ellos estaban ahí uno al lado del otro, tomados de la mano frente al mundo y ni por un segundo se me cruzó pensar en un futuro qué bebida debería comprar, o dónde tendría que esconder un cuerpo; ellos transmitían toda la seguridad que todos quisiéramos tener en cualquier aspecto de nuestras vidas, ellos ahí nos declaraban que se la estaban jugando a ganar para ser el 20% plenamente y sin reparos.

Yo además de dibujar y tomar, suelo ser una gran apostadora, pero ahí sentada en el salón viendo a todos los invitados y a mi amiga, me di cuenta que posiblemente la gran apostadora no sea yo.